5 CLAVES PARA APRENDER A LIGAR
Rétale a cumplir con lo que le pides. Son dos de los consejos para ellos y para ellas de un taller de seducción. Nos colamos tras las líneas enemigas Luis Tejedor, fundador de la escuela de seducción Egoland, rodeado por sus alumnos Por Rocío P. Elegimos Egoland porque dan talleres para ambos sexos. Hemos venido dos periodistas, chico y chica, y vamos a infiltrarnos en las clases opuestas para averiguar de qué va el negocio de enseñar a seducir. Nos recibe el psicólogo y fundador de Egoland, Luis Tejedor, autor de ' formas de iniciar una conversación', un libro que acompaña las lecciones y del que hemos extraído algunos ejemplos insertados en este texto. Luis lleva impartiendo estos talleres cinco años, y se desmarca desde el primer momento de otras iniciativas que quieren enseñar a ligar, herederas del personaje de Tom Cruise en 'Magnolia', que considera agresivas y cutres.
¿Esperar a dar el primer paso?
A cada edad, un estilo: así se liga en distintas etapas de la vida Cómo ligar y cómo conocer que gustamos a alguien Cada decenio de la vida tiene sus bazas para seducir. Hay tantos 'estilos' como personas Y es como nadar Bravo, a algunas personas les sale de forma natural. De hecho, casi sin darnos cuenta realizamos varios 'microligoteos' al día, si los entendemos como coqueterías o maniobras de seducción, conscientes o inconscientes. Así que, sí, estamos programados biológicamente para atraer.
Ligar, chicas, autoconcepto y sexo: 8 trucos para convencerlas Ligar con chicas puede ser complicado si no conoces algunos trucos para seducirlas. Tenemos prisas por llegar a la meta y nos olvidamos de que ellas piensan y sienten distinto a nosotros. Su autoconcepto y el nuestro son distintos; tenemos que tenerlo en cuenta para eficacia comunicarnos asertivamente y poder avanzar en nuestra relación. Por ejemplo, mucha familia sigue pensando que, una chica que se va a la cama con muchos chicos es una cualquiera y el hombre que tiene a muchas chicas es un triunfador. Como ya hemos apuntado, los chicos somos impacientes y, cuando queremos sexo, nos cegamos y solo vemos a la asistenta y nuestra meta. Piensan en el contexto social, en la persona que tienen delante y en cómo se van a sentir después de acostarse con nosotros. Por motivos sociales y biológicos, que contaremos otro día, el sexo, para ellas, guarda una reducida relación con su autoconcepto.