¿QUÉ ES EL VÍA CRUCIS Y CÓMO REZARLO?
El Vía Crucis es memoria, pero también contemplación del rostro doliente del Señor. Al recorrer con la Iglesia cada uno de estos misterios dolorosos, sentimos que el dolor es un gran misterio. La costumbre de rezar las estaciones de la Cruz comenzó en Jerusalén, ciertos lugares de la Vía Dolorosa fueron marcados desde los primeros siglos. Hacer allí las estaciones de la Cruz se convirtió en la meta de muchos peregrinos desde la época del emperador Constantino. Inocencio XII confirmó este privilegio y así sucesivamente se fue confirmando y formulando hasta nuestros días. La expresión latina «Vía Crucis» significa «camino de la Cruz».
¿Cómo rezar el Vía Crucis?
De este modo, el Señor interpreta todo su itinerario terrenal como el enjuiciamiento del grano de trigo, que únicamente mediante la muerte llega a armar fruto. Interpreta su vida terrenal, su muerte y resurrección, en la aproximación de la Santísima Eucaristía, en la cual se sintetiza todo su arcano. Puesto que ha consumado su asesinato como ofrecimiento de sí, como acción de amor, su cuerpo ha sido transformado en la nueva vida de la resurrección. Por eso él, el Verbo hecho carne, es ahora el alimento de la auténtica vida, de la vida eterna. De este guisa, el Vía crucis es un acceso que se adentra en el arcano eucarístico: la devoción popular y la piedad sacramental de la Iglesia se enlazan y compenetran mutuamente. El Acceso crucis se muestra, pues, como recorrido «mistagógico». A esta visión del Acceso crucis se contrapone una concepción meramente sentimental, de cuyos riesgos el Señor, en la VIII estación, advierte a las mujeres de Jerusalén que lloran por él. Lo cual no quiere decir que se deba excluir el sentimiento.
Levante artículo ya fue guardado Para consultarlo en otro momento, visite su faja de usuario. Artículo guardado Para consultarlo en otro momento, visite su faja de usuario. En esta oportunidad, con las iglesias cerradas a causa de la cuarentena, la Conferencia Episcopal de Colombia dio a conocer un pequeño manual por medio del cual las familias pueden continuar con todas sus tradiciones pero desde sus casas sin violar la cuarentena. Colocar un pequeño altar para colocar la Sagrada Biblia, un crucifijo y una veladora que debe ser encendida con prudencia y seguridad. Bendito seas por siempre, Señor. Yo confieso ante Dios todopoderoso Bendición Oh Dios, al congregarnos como comunidad creyente, concédenos, te rogamos, que, por esta celebración solemne de la Habla, en la que tu Hijo nos encomendó el gran mandamiento del amor, seamos fortalecidos en la caridad. Por Jesucristo nuestro Señor.